No vamos a ponernos supertécnicos, pero conocer los fundamentos del funcionamiento de las herramientas sin código va a ser muy importante si quieres sacarles el máximo partido. 

Cuando se trata de cómo funcionan las herramientas sin código, podríamos profundizar. Podríamos profundizar hasta el fondo en cómo funciona el código y hablar de algunos 0s y 1s. Pero la vida es corta y probablemente no estés aquí para eso. Así que vamos a mantener esto tan simple como podamos. 

Las herramientas sin código son una capa de abstracción sobre la escritura de código que permite crear software sin necesidad de saber cómo se escribe. Eso significa que siguen escribiendo código, sólo que abstraen toda la complejidad de escribir esos 0 y 1 permitiéndote a ti, el usuario, crear software con una interfaz puramente visual. Todo el código queda convenientemente fuera de la vista, lo que te permite centrarte únicamente en el aspecto de la aplicación y en cómo funciona (es decir, si pasa esto, pasa aquello: la lógica).

Por ejemplo: 

Piense que es como dibujar en un papel la casa que quiere construir. Puedes esbozar algo, pero un arquitecto tiene que tomar tu boceto y convertirlo en un diseño real. La plataforma sin código es como el arquitecto. Toma la idea que quieres crear y resuelve las partes técnicas más difíciles. Son capaces de ver tu diseño y decir "vale, este muro tiene que ser de carga" o "el tejado tiene que estar inclinado". Tú aportas la simplicidad, ellos se ocupan de los elementos más difíciles y la complejidad subyacente.

Así que una herramienta sin código, como Squarespace, te permite crear el sitio web que quieras a través de las plantillas que proporciona y su interfaz de arrastrar y soltar, pero sigue habiendo código debajo. No sabrás cómo funciona ni qué aspecto tiene el código, y eso está bien. Hay algunas herramientas específicas que revelan su código, como Webflow, pero son bastante raras. 

Los diferentes elementos de su aplicación

Prácticamente todas las aplicaciones de software tienen los mismos elementos generales que les permiten funcionar; así, cuando un usuario interactúa con ella y pulsa un botón, ocurre lo correcto. 

• El front-end es la parte de la aplicación con la que interactúa el usuario. Es lo que ven, la "cara" de la aplicación. Con las herramientas sin código, lo normal es "arrastrar y soltar" los diferentes componentes que quieras y decidir dónde tienen que ir mientras diseñas tu aplicación. A continuación, la herramienta sin código lo convertirá en código funcional. Cuando un usuario pulsa un botón que has seleccionado, el front-end informa al back-end... 

• Si el front-end es la cara de la aplicación, el back-end es el cerebro. Aquí es donde se toman las decisiones lógicas, basadas en lo que quieres que haga tu aplicación. La línea que separa el front-end del back-end puede ser bastante difusa. Cuando añades un botón a una interfaz, le estás diciendo al botón qué ruta tomar hacia el back-end. Por ejemplo, un botón de inicio de sesión dice "ve y ejecuta la lógica de inicio de sesión". Pero es el back-end el que mira en la base de datos para ver si el nombre de usuario es correcto, si la contraseña es correcta, entonces efectivamente le dice al front-end: eso parece bien, ahora lleva al usuario a su página de inicio. 

• La base de datos es donde se almacenan todos los datos con los que trabaja tu aplicación. El back-end creará, leerá, actualizará y borrará datos de la base de datos según convenga. Una herramienta sin código creará esa base de datos por ti y se ocupará de ella. Sólo tienes que decirle qué datos quieres que contenga y cómo quieres que la aplicación interactúe con ellos. 

Como puedes ver, no necesitas escribir el código tú mismo y, por lo tanto, tendrás que tomar muchas menos decisiones. Pero tienes un papel importante que desempeñar. Tienes que asegurarte de que alguien pueda navegar por la aplicación y utilizarla como tú quieres, de que tenga el aspecto adecuado y de tener en cuenta todas las cosas que pueden salir mal. 

Para llevar

Las herramientas sin código crean aplicaciones como si los desarrolladores escribieran código, sólo que gran parte de la codificación se realiza en segundo plano, sin que el usuario la vea ni tenga que ocuparse de ella. Esto hace que, de repente, las pueda utilizar mucha más gente. Pero eso no quiere decir que estas herramientas hagan todo el trabajo por ti: aún tienes que planificar cómo navegará realmente un usuario por tu aplicación y qué aspecto tendrá. Para aprender más sobre esto, vale la pena consultar nuestro curso de vídeo especialmente diseñado sobre los fundamentos del no-código.