Desmontando mitos: "Hay que ser un experto en tecnología para usar herramientas sin código".
No necesitarás Javascript ni Python, pero sí adoptar la mentalidad de construir.
En el primero de una nueva serie editorial, abordamos los conceptos erróneos más comunes en torno al uso de herramientas sin código. En primer lugar, la idea de que es necesario tener ciertos conocimientos técnicos para utilizar las herramientas sin código.
TL;DR: No hace falta saber escribir o leer código para utilizar herramientas sin código, pero sí es necesario comprender los fundamentos del funcionamiento de los ordenadores y diseñar un sistema para quien utilice tu aplicación.
Entonces... ¿qué necesita saber?
Lo primero es lo primero, aclaremos el nivel de herramienta que estás utilizando. Las herramientas de código cero (por ejemplo, Squarespace o Shopify) no requieren ningún conocimiento de codificación ni de informática; en el otro extremo de la escala, las herramientas de código bajo sí requieren conocimientos de codificación y son principalmente para desarrolladores. Las herramientas sin código no requieren que escribas código, pero sí algunos conocimientos básicos de software.
¿Qué significa exactamente?
Básicamente, hay que ser lógico. Con esto nos referimos a comprender la lógica subyacente a cualquier aplicación de software que crees. Cómo debe funcionar el sistema que creas.
Cuando un usuario hace clic en un botón de inicio de sesión, ¿qué ocurre a continuación? ¿Adónde va esa información? ¿Cómo le dices a un ordenador lo que quieres que ocurra? Cada vez que ocurre algo en un programa informático, hay que tomar estas decisiones. En última instancia, tienes que pensar como un ordenador (también conocido como pensamiento computacional). Empiezas a ver y comprender cómo funcionan realmente los sistemas y cómo se relacionan entre sí los distintos elementos.
Piensa en ti mismo como un arquitecto, diseñando un laberinto para que tu usuario lo recorra. De ti depende cómo lo recorra ese usuario. Estás diseñando un diagrama de flujo para todas las rutas potenciales que alguien puede tomar. Eso significa que tienes que pensar sistemáticamente y también en lo que puede salir mal.
¿Hay algún concepto que sea importante?
Lo cierto es que las hay. Muchas herramientas sin código se encargarán de estos conceptos por ti, pero sin duda es útil entender lo básico:
- Cómo se estructuran los datos. Hay que entender cómo se relacionan los distintos grupos de datos en una estructura de base de datos. Tomemos el ejemplo de Uber. Para configurar bases de datos que muestren los datos de Uber, podrías decidir crear una base de datos separada para coches, conductores y usuarios. O puedes decidir tener una base de datos de "personas" con conductores y usuarios juntos. Es tu decisión, pero ayuda a poner las cosas por escrito y pensar realmente en ello. Algunas herramientas sin código enseñan esto muy bien, pero a veces tienes que aprender tú mismo.
- Sentencias IF. Este es un término bastante crucial cuando se trata de construir aplicaciones. Significa que si una condición específica es verdadera, esta acción sucede, y si esa condición es falsa, una acción diferente sucede. Así que en el mundo real podría ser: Si hace sol, ponte crema solar. Si no lo está, ponte un paraguas.
- Instancias. Un elemento importante a tener en cuenta es la idea de instancias, en el sentido de que varias personas van a utilizar tu aplicación a la vez. Eso significa que tienes que tomar decisiones basadas en si una acción (como hacer clic en un botón) sólo realiza esa acción para ese usuario específico. Del mismo modo, cuando guardas datos tienes que decidir si los guardas para ese usuario o para todos los usuarios.
- Casos extremos. Esto significa básicamente un problema o situación que sólo se produce en situaciones extremas o en el extremo superior/inferior de las posibilidades. Por ejemplo, si pensamos en una pantalla de inicio de sesión, un caso extremo podría ser que un usuario introdujera una contraseña incorrecta. ¿Qué ocurre entonces? ¿Se actualiza la pantalla? ¿Se le redirige a otra página?
Piensa en ti mismo como un arquitecto, diseñando un laberinto para que tu usuario lo recorra. De ti depende cómo lo recorra ese usuario.
¿Dónde se atasca la gente?
Como dijo una vez el filósofo Ted Nelson: "Lo bueno de los ordenadores es que hacen lo que uno les dice que hagan. Lo malo de los ordenadores es que hacen lo que tú les dices que hagan".
La parte complicada es, en cierto sentido, intentar averiguar todas las cosas que no has averiguado. Tomemos el ejemplo de la pantalla de inicio de sesión. Usted podría pensar que es bastante sencillo - todo lo que necesita es una caja que permite a alguien introducir un correo electrónico, una caja que permite a alguien introducir una contraseña y ya está.
- Pero, ¿qué pasa con la casilla de "inscripción"?
- ¿Qué pueden introducir los usuarios? ¿Hay restricciones en cuanto a las direcciones de correo electrónico o la longitud del nombre de usuario?
- ¿Y qué pasa si olvidan la contraseña? ¿Les envías un correo electrónico o un SMS? ¿De qué dirección de correo electrónico o número de teléfono?
De repente, algo tan sencillo como un inicio de sesión se ha convertido en algo bastante complicado, con un montón de decisiones lógicas diferentes que tomar. En la mayoría del software que utilizas, alguien ha pensado en esas cosas. Pero con algunas herramientas sin código, nadie va a aparecer y decir: "¡Espera, te has olvidado de poner ahí una pantalla de contraseña olvidada!". Tienes que pensar en ello y ahí es donde pueden surgir los retos.
¿Sirven de algo las herramientas sin código?
Lo hacen, y no es necesario pensar en la lógica y la toma de decisiones para todo. De hecho, la mayoría de las herramientas sin código que existen ya se encargan de las cosas más comunes, como las pantallas de inicio de sesión, el envío de correos electrónicos cuando alguien se registra y la autenticación de seguridad de dos factores.
Algunas te ayudan a tomar estas decisiones más que otras. Por lo general, cuanto más prescribe una herramienta sin código lo que sucede cuando se produce una acción, menos poder tienes en la construcción de tu aplicación. Cuanto más no prescriban lo que sucede a continuación, más poder tendrás. Eso es genial para tu libertad de diseño, pero también deja más margen para problemas y cuestiones.
¿Cuál es la conclusión?
Una vez más, no es necesario saber escribir o leer código para crear aplicaciones increíblemente útiles con herramientas sin código. Pero si quieres aumentar tus posibilidades de éxito, merece la pena que entiendas los conceptos básicos del funcionamiento de los ordenadores y que adoptes la mentalidad de un arquitecto. La aplicación que vas a crear es algo por lo que los usuarios tienen que navegar, y tú eres el responsable de que eso ocurra de una manera fluida y lógica.
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